En función de la sintomatología presentada, de su evolución y del diagnóstico realizado se programa la terapia más idónea para el paciente. En el inicio de la terapia individual deben plantearse unos objetivos a corto, medio y largo plazo, así como las estrategias psicológicas que van a desarrollarse para su consecución.
Se debe asumir la terapia como algo activo por parte del paciente, siendo su implicación absolutamente necesaria en su propio proceso de recuperación. Además del asesoramiento e intervención recibida en la sesión clínica, suele ser recomendable el empleo de registros y documentación que permita extrapolar al contexto habitual del paciente lo conseguido durante la sesión.
Objetivos:
Que el paciente logre un mayor conocimiento y entendimiento de sí mismo.
Que aprenda a solucionar ciertos conflictos en su vida por medio de la generación de ciertas habilidades o haciéndolo capaz de aplicar las habilidades ya existentes para la correcta solución del problema.
Que el paciente logre un mayor manejo emocional.
Que el paciente identifique pensamientos o conductas que realiza que son un obstáculo para su bienestar psicológico y que sepa cómo modificarlos.
Además de ser un profesional calificado y especializado para brindar terapia, el terapeuta brinda ciertos parámetros indispensables para la efectividad como son: la confidencialidad, privacidad y respeto.
La evidencia sobre los logros del tratamiento se obtienen tanto de investigación diseñada con cuidado como de la combinación de los resultados de diversos estudios. Los análisis de cientos de evaluaciones de resultados sugieren que la psicoterapia tiene efectos positivos moderados a corto plazo en el 80% de los casos.
Además, se han observado puntos clave en las psicoterapias efectivas: por ejemplo, las terapias exitosas pueden manifestarse en el contexto de una interacción personal cálida, respetuosa, empática, que infunda confianza, entusiasta y que brinde apoyo. Un segundo elemento terapéutico compartido es el ambiente donde los pensamientos y sentimientos pueden expresarse y aceptarse con libertad. Una tercera práctica común en las terapias efectivas es que se proporciona una explicación racional para los problemas de quien los padece, con una visión objetiva; además, se suministra información alternativa y se alienta al paciente a nuevas formas de sentir, pensar y comportarse.
