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Dietas de control de peso
Alimentación para enfermedades

Enfermedad crónica con dos vertientes con distinto origen y tratamiento:

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (OMS). Alrededor del 13% de la población adulta mundial padecen obesidad y el 39% sobrepeso. Su prevalencia va en aumento de manera alarmante. Las causas, entre otras, son el aumento de la ingesta de calorías y la baja actividad física. La obesidad es factor de riesgo de enfermedades como:

  • Enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares), que fueron la principal causa de muertes en 2012
  • Diabetes
  • Trastornos del aparato locomotor (como la osteoartritis)
  • Algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).

Una alimentación adecuada con menor ingesta energética, abundante en alimentos vegetales, con pocos alimentos refinados y procesados, junto al aumento de la actividad física, son fundamentales para su tratamiento.

La aterosclerosis es una enfermedad crónica, generalizada y progresiva que afecta a las arterias. Se forma una placa de ateroma compuesta por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, la placa se endurece perdiendo elasticidad y estrecha las arterias, pudiendo llegar a obstruirse, limitando o impidiendo el flujo de sangre a los órganos y a otras partes del cuerpo.

La aterosclerosis puede causar problemas graves, como ataque cardíaco, accidentes cerebrovasculares (derrames o ataques cerebrales) e incluso la muerte. Los principales factores de riesgo que se pueden asociar con la aterosclerosis son: niveles elevados de colesterol y triglicéridos, hipertensión, tabaco, diabetes tipo dos, obesidad, inactividad física.

El tratamiento se basa en modificar los factores de riesgo: alimentación saludable, cambios en el estilo de vida, práctica de actividad física, dejar de fumar, además de medicación y procedimientos especiales si fuera necesario.

La hipertensión es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma. En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre.

Cuanta más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. Si no se controla, puede provocar infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y, con el tiempo, insuficiencia cardiaca.

Para prevenirla y tratarla:

  • Dieta saludable: reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de café al día); tomar al menos 5 raciones de fruta y verdura al día; reducir la ingesta total de grasas poco saludables (palma, trans) y evitar el alcohol.
  • Actividad física: realizar actividad física de forma regular al menos 30 minutos al día.
  • Mantener un peso normal.
  • Dejar de fumar.
  • Gestionar el estrés mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.

El cáncer y su tratamiento requieren de una intervención nutricional para conseguir mantener un peso corporal saludable y consumir alimentos que le aporten los nutrientes que necesitan. Los efectos secundarios de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden hacer que el enfermo coma menos, pierda peso y esté desnutrido. Algunos tratamientos también pueden causar aumento de peso en algunos pacientes. El cáncer y su tratamiento pueden afectar al gusto, olfato, apetito y la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos, lo que puede causar desnutrición. La desnutrición puede provocar debilidad, cansancio e incapacidad de combatir las infecciones o superar el tratamiento del cáncer. Una insuficiente ingesta de proteínas y calorías es muy común en los pacientes con cáncer. Además, los enfermos con cáncer deben prestar atención a la seguridad de los alimentos porque algunos tratamientos pueden debilitar el sistema inmunitario y podrían provocar una infección.

Es habitual para muchas personas tener molestias en el aparato digestivo de forma frecuente. En algunos casos estas molestias indican la presencia de una patología digestiva.

En las patologías digestivas encontramos una gran variedad de enfermedades o problemas que afectan al aparato digestivo desde estreñimiento, úlceras, acidez, problemas de deglución hasta otras como colon/intestino irritable, colitis ulcerosa o enfermedad de Chron.

Un trastorno de la alimentación es una enfermedad que produce alteraciones importantes en la alimentación habitual, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Los trastornos de la alimentación suelen aparecen más durante la adolescencia o adultez temprana, pero también se pueden dar en otras etapas de la vida. Los trastornos de la alimentación más comunes son la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

El tratamiento nutricional enfocado desde la educación nutricional es fundamental para la recuperación, dentro del equipo multidisciplinar junto a psicólogos y psiquiatras.

Alimentación en alergias e intolerancias

Algunos alimentos pueden provocar reacciones adversas en un pequeño porcentaje de la población.

Sólo un 2% de los adultos y un 3-7% de los niños presentan realmente alergias. Se puede diferenciar entre alimentos que causan alergias alimentarias y alimentos que causan intolerancias alimentarias.

Entre las alergias e intolerancias más frecuentes se encuentran

  • Intolerancia al gluten
  • Intolerancia a la lactosa
  • Intolerancia a la fructosa/sorbitol
  • Alergia a la proteína de vaca
Nutrición deportiva

Una dieta adecuada, en términos de cantidad y calidad, antes, durante y después del entrenamiento y de la competición es imprescindible para optimizar este rendimiento físico.

La alimentación de un deportista necesitará unos nutrientes más que otros dependiendo del tipo de ejercicio, la duración de la práctica deportiva y su intensidad. Para conseguir un alto rendimiento además del entrenamiento, una alimentación adecuada es fundamental. Ésta debe ser individualizada, equilibrada en nutrientes y variada en la elección de alimentos. Por lo tanto, la planificación de una dieta para deportista no sigue una pauta general, cada deporte tiene unas demandas especiales, que deben valorarse específicamente.

La adecuada alimentación puede cubrir por si misma las necesidades nutricionales de una persona deportista en la mayoría de los casos. Debe ser un profesional en la materia quién determine si la ingesta de complementos alimenticios es necesaria o no para el deportista. El dietista-nutricionista valorará cada caso particular para establecer el consumo de este tipo de alimentos.

Alimentación vegetariana/vegana

La alimentación vegetariana es una opción dietética que favorece el consumo de alimentos de origen vegetal y eliminación los alimentos de origen animal. Las razones por las cuales se adopta este tipo de alimentación son éticas (medioambientales, animalistas,…)

De forma general podemos encontrar varias tipos de dietas en función de los alimentos que se incluyen:

  • Ovolacteo-vegetariana: se elimina carne y pescado y sus derivados. Incluyen alimentos vegetales, huevos y lácteos.
  • Vegana: Solo incluye alimentos de origen vegetal. Excluye carne, pescado, huevos, lácteos y otros productos derivados de los animales como la miel.

Según la Asociación Americana de Dietética (ADA), las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para deportistas.

La alimentación vegetariana/vegana requiere de una planificación para su adecuado aporte de nutrientes. El estudio de los hábitos es fundamental para conseguir un estado óptimo de salud.

Alimentación en las distintas etapas de la vida