NUTRICIONISTA EN ALMERIA
Perder peso sin medicamentos ni cirugía
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Expertos en...
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El exceso de peso está asociado a problemas de salud (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer), es mucho más que una cuestión estética. Enseñamos a comer saludablemente asegurando el aporte de todos los nutrientes que el cuerpo necesita.
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Un peso bajo conlleva una serie de riesgos para la salud, como deficiencia de nutrientes, pérdida de masa muscular, amenorrea, etc. El tratamiento nutricional personalizado puede ayudar a conseguir un peso saludable a través de una alimentación saludable.
Enfermedad crónica con dos vertientes con distinto origen y tratamiento:
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El páncreas no produce suficiente insulina. Se diagnostica más frecuentemente en niños, adolescentes o adultos jóvenes. La causa de diabetes tipo 1 se desconoce, aunque la más probable es un trastorno autoinmune, una infección o algún otro factor hace que el cuerpo ataque por error las células del páncreas que producen la insulina. Factores genéticos intervienen en el desarrollo de enfermedades autoinmunes. El tratamiento incluye: alimentación saludable siguiendo un plan de comidas, inyección de insulina, medición de los niveles de azúcar en sangre y actividad física.
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Existe una utilización ineficaz de la insulina, aunque con el tiempo se pueda llegar también a la deficiente producción de esta hormona. Representa el 90% de los casos mundiales de diabetes. Está condicionada por un peso corporal excesivo y baja actividad física. Suele ocurrir que se diagnostica cuando ya tiene varios años de evolución y algunas complicaciones están ya presentes. El tratamiento nutricional es fundamental para evitar que las complicaciones aumenten.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (OMS). Alrededor del 13% de la población adulta mundial padecen obesidad y el 39% sobrepeso. Su prevalencia va en aumento de manera alarmante. Las causas, entre otras, son el aumento de la ingesta de calorías y la baja actividad física. La obesidad es factor de riesgo de enfermedades como:
- Enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares), que fueron la principal causa de muertes en 2012
- Diabetes
- Trastornos del aparato locomotor (como la osteoartritis)
- Algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).
Una alimentación adecuada con menor ingesta energética, abundante en alimentos vegetales, con pocos alimentos refinados y procesados, junto al aumento de la actividad física, son fundamentales para su tratamiento.
La aterosclerosis es una enfermedad crónica, generalizada y progresiva que afecta a las arterias. Se forma una placa de ateroma compuesta por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre. Con el tiempo, la placa se endurece perdiendo elasticidad y estrecha las arterias, pudiendo llegar a obstruirse, limitando o impidiendo el flujo de sangre a los órganos y a otras partes del cuerpo.
La aterosclerosis puede causar problemas graves, como ataque cardíaco, accidentes cerebrovasculares (derrames o ataques cerebrales) e incluso la muerte. Los principales factores de riesgo que se pueden asociar con la aterosclerosis son: niveles elevados de colesterol y triglicéridos, hipertensión, tabaco, diabetes tipo dos, obesidad, inactividad física.
El tratamiento se basa en modificar los factores de riesgo: alimentación saludable, cambios en el estilo de vida, práctica de actividad física, dejar de fumar, además de medicación y procedimientos especiales si fuera necesario.
La hipertensión es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma. En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre.
Cuanta más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. Si no se controla, puede provocar infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y, con el tiempo, insuficiencia cardiaca.
Para prevenirla y tratarla:
- Dieta saludable: reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de café al día); tomar al menos 5 raciones de fruta y verdura al día; reducir la ingesta total de grasas poco saludables (palma, trans) y evitar el alcohol.
- Actividad física: realizar actividad física de forma regular al menos 30 minutos al día.
- Mantener un peso normal.
- Dejar de fumar.
- Gestionar el estrés mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.
El cáncer y su tratamiento requieren de una intervención nutricional para conseguir mantener un peso corporal saludable y consumir alimentos que le aporten los nutrientes que necesitan. Los efectos secundarios de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden hacer que el enfermo coma menos, pierda peso y esté desnutrido. Algunos tratamientos también pueden causar aumento de peso en algunos pacientes. El cáncer y su tratamiento pueden afectar al gusto, olfato, apetito y la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos, lo que puede causar desnutrición. La desnutrición puede provocar debilidad, cansancio e incapacidad de combatir las infecciones o superar el tratamiento del cáncer. Una insuficiente ingesta de proteínas y calorías es muy común en los pacientes con cáncer. Además, los enfermos con cáncer deben prestar atención a la seguridad de los alimentos porque algunos tratamientos pueden debilitar el sistema inmunitario y podrían provocar una infección.
Es habitual para muchas personas tener molestias en el aparato digestivo de forma frecuente. En algunos casos estas molestias indican la presencia de una patología digestiva.
En las patologías digestivas encontramos una gran variedad de enfermedades o problemas que afectan al aparato digestivo desde estreñimiento, úlceras, acidez, problemas de deglución hasta otras como colon/intestino irritable, colitis ulcerosa o enfermedad de Chron.
Un trastorno de la alimentación es una enfermedad que produce alteraciones importantes en la alimentación habitual, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Los trastornos de la alimentación suelen aparecen más durante la adolescencia o adultez temprana, pero también se pueden dar en otras etapas de la vida. Los trastornos de la alimentación más comunes son la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
El tratamiento nutricional enfocado desde la educación nutricional es fundamental para la recuperación, dentro del equipo multidisciplinar junto a psicólogos y psiquiatras.
Algunos alimentos pueden provocar reacciones adversas en un pequeño porcentaje de la población.
Sólo un 2% de los adultos y un 3-7% de los niños presentan realmente alergias. Se puede diferenciar entre alimentos que causan alergias alimentarias y alimentos que causan intolerancias alimentarias.
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Interviene el sistema inmune frente a un componente del alimento (alérgeno) que es de naturaleza proteica. Los síntomas van desde urticaria, enrojecimiento de la piel, hinchazón, vómitos, dolor cólico, diarrea, picor, asma hasta más graves como reacción anafiláctica que puede resultar mortal. Su tratamiento se basa en la eliminación completa de la alimentación del agente causante.
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El organismo no puede asimilar correctamente un alimento o uno de sus componentes. No interviene el sistema inmune. Los síntomas son más leves: náuseas, diarrea y dolor abdominal. En función del nivel de intolerancia, se pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas. En otros casos se excluirá por completo el alérgeno.
Entre las alergias e intolerancias más frecuentes se encuentran
- Intolerancia al gluten
- Intolerancia a la lactosa
- Intolerancia a la fructosa/sorbitol
- Alergia a la proteína de vaca
Una dieta adecuada, en términos de cantidad y calidad, antes, durante y después del entrenamiento y de la competición es imprescindible para optimizar este rendimiento físico.
La alimentación de un deportista necesitará unos nutrientes más que otros dependiendo del tipo de ejercicio, la duración de la práctica deportiva y su intensidad. Para conseguir un alto rendimiento además del entrenamiento, una alimentación adecuada es fundamental. Ésta debe ser individualizada, equilibrada en nutrientes y variada en la elección de alimentos. Por lo tanto, la planificación de una dieta para deportista no sigue una pauta general, cada deporte tiene unas demandas especiales, que deben valorarse específicamente.
La adecuada alimentación puede cubrir por si misma las necesidades nutricionales de una persona deportista en la mayoría de los casos. Debe ser un profesional en la materia quién determine si la ingesta de complementos alimenticios es necesaria o no para el deportista. El dietista-nutricionista valorará cada caso particular para establecer el consumo de este tipo de alimentos.
La alimentación vegetariana es una opción dietética que favorece el consumo de alimentos de origen vegetal y eliminación los alimentos de origen animal. Las razones por las cuales se adopta este tipo de alimentación son éticas (medioambientales, animalistas,…)
De forma general podemos encontrar varias tipos de dietas en función de los alimentos que se incluyen:
- Ovolacteo-vegetariana: se elimina carne y pescado y sus derivados. Incluyen alimentos vegetales, huevos y lácteos.
- Vegana: Solo incluye alimentos de origen vegetal. Excluye carne, pescado, huevos, lácteos y otros productos derivados de los animales como la miel.
Según la Asociación Americana de Dietética (ADA), las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para deportistas.
La alimentación vegetariana/vegana requiere de una planificación para su adecuado aporte de nutrientes. El estudio de los hábitos es fundamental para conseguir un estado óptimo de salud.
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El método denominado Baby Led Weaning (Aprender a Comer Solo) consiste en dejar que el bebé tome la iniciativa durante el proceso de introducción de alimentos distintos a la leche materna o al biberón. Este proceso de introducción de alimentos debe iniciarse después de los 6 meses, ya que durante los 6 primeros meses debe haber lactancia exclusiva siguiendo las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Una vez que el bebé prueba un alimento diferente a la leche materna o artificial, se considera que ha comenzado el destete. Este proceso dura desde 6 meses hasta varios años. Los alimentos que toma no sustituyen a la leche, sino que la complementan, así el cambio de se produce de una forma gradual.
Con este método los alimentos no se ofrecen triturados si no que se presentan adaptados en forma y tamaño para que el niño pueda tomarlos de manera autónoma.
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Son periodos de especial crecimiento y desarrollo en los que los requerimientos de energía y nutrientes se incrementan.
Aunque el crecimiento es continuo, a lo largo de la infancia y la adolescencia se dan diferentes fases o etapas en las cuales van variando las necesidades nutritivas y de energía:
- Hasta los dos años: crecimiento rápido.
- Edad escolar (entre los 3 años y la pubertad): crecimiento más lento.
- Adolescencia: periodo de crecimiento rápido, con el clásico «estirón».
Actualmente la alimentación de niños y adolescentes tiene, además, un carácter preventivo debido a los problemas de sobrepeso y obesidad que se presentan con mayor incidencia que en otras épocas.
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Durante el embarazo se produce un aumento en los requerimientos de energía, proteínas y nutrientes, por lo que una alimentación adecuada es fundamental para el buen desarrollo del embarazo, tanto para el crecimiento del feto como para el mantenimiento del estado nutricional de la madre.
- Primera mitad del embarazo: se necesita alimento adicional para el útero de la madre, los pechos y la sangre, al igual que para el crecimiento de la placenta.
- Segunda mitad del embarazo: la mayor necesidad de alimento continua en este período, pero durante el último trimestre los nutrientes adicionales son sobre todo necesarios para el feto en rápido crecimiento, que además necesita almacenar ciertos nutrientes, especialmente vitamina A, hierro y otros micronutrientes, y energía que almacena por medio de la grasa.
Una dieta adecuada durante el embarazo ayuda a la madre a ganar peso adicional que es fisiológicamente deseable y a garantizar el peso normal del bebé al nacer.
La lactancia aumenta las necesidades de nutrientes, sobre todo debido a la pérdida de nutrientes, primero por el calostro y luego a través de la leche materna.
Los nutrientes en esta leche vienen de la alimentación de la madre o de sus reservas de nutrientes. La conversión de nutrientes de los alimentos a nutrientes de la leche materna no es total. En el caso de energía es alrededor del 80 por ciento, y por lo tanto, por cada 800 kcal de la leche materna, la madre necesita consumir 1 000 kcal en sus alimentos. Para mantener un buen estado nutricional la mujer que lacta tiene que elevar el consumo de nutrientes.
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Los ancianos necesitan una buena alimentación que satisfaga todas sus necesidades nutricionales. Muchos presentan dificultades de movilidad y, por lo tanto, pueden necesitar menos energía. Sus necesidades de nutrientes son las parecidas a las de un adulto, pero al comer menos alimentos pueden estar desnutridos. Por lo tanto, las deficiencias nutricionales son comunes.
Los ancianos que han perdido muchos o la totalidad de sus dientes, pueden tener dificultad para masticar alimentos comunes y necesitan alimentos más blandos. También pueden sufrir enfermedades que reducen su apetito o el deseo de alimentos, lo que puede también llevar a la malnutrición.
Además, con frecuencia sufren enfermedades crónicas de origen nutricional o relacionadas con la alimentación: enfermedad arteriosclerótica coronaria que algunas veces lleva a trombosis coronaria; hipertensión que puede llevar a accidentes cerebro vasculares u otras manifestaciones; diabetes con sus graves complicaciones; osteoporosis que conlleva un aumento de riesgo de fracturas o colapso de las vértebras…
El seguimiento nutricional adaptado puede mejorar o prevenir alguna de estas situaciones que perjudican la salud de nuestros mayores.
