TRASTORNO DEL DESEO SEXUAL

La Falta de Deseo Sexual es un bajo nivel de interés sexual que interfiere negativamente en la relación sexual de pareja. La persona que sufre Falta de Deseo Sexual no consigue disfrutar de sus relaciones sexuales y tiende a evitarlas. Habitualmente se mantiene muy alerta respecto a las conductas de acercamiento de su pareja y suele rehusar las muestras de afecto de la pareja que pueden llevar al contacto sexual.

Los aspectos que pueden influir la falta de deseo sexual, en ambos sexos, pueden ser de carácter orgánico y/o psicológico. Entre los primeros encontraríamos la edad, las alteraciones hormonales y enfermedades crónicas tales como la diabetes y la insuficiencia cardíaca o renal, entre otras. Los factores psicológicos que influyen en la falta de deseo son la ansiedad, las alteraciones del estado de ánimo, los trastornos alimentarios y los conflictos de pareja.

La falta de deseo afecta a la autoestima e interfiere en la relación de pareja, ocasionando conflictos que contribuyen a agravar la ausencia de deseo de la persona afectada.

¿Cómo la podemos identificar?

Para su identificación pueden ser de ayuda las siguientes observaciones:

  • Inexistencia de pensamientos sexuales o fantasías eróticas, espontáneos o provocados.
  • Falta de motivación para iniciar un contacto sexual o se afronta con desgana.
  • Sentimientos intensos de disgusto, temor o aversión ante actividades de tipo sexual.
  • Desagrado ante determinados estímulos o prácticas sexuales o a cualquier aspecto relacionado con el sexo.
  • Evitación de las situaciones de intimidad con la pareja o del contacto sexual.
  • Malestar significativo o deterioro de la relación de pareja atribuible a la disfunción sexual.
  • Sentimientos de intranquilidad ante la posibilidad de mantener relaciones sexuales y alivio al finalizar las mismas.
  • Cambios en la imagen corporal propia o de la pareja relacionados con el proceso.