Atrapados por el silencio (MUTISMO SELECTIVO)
Para muchos autores el Mutismo Selectivo es un síntoma extremo de la ansiedad social, caracterizado por inhibir el lenguaje articulado de los niños en circunstancias sociales percibidas como atemorizantes o amenazantes que, de no tratarse, tiene un pronóstico que compromete el desempeño verbal, educativo y social de los que lo padecen.
Esta definición indica, por una parte, que los niños con mutismo selectivo tienen una competencia lingüística y comunicativa adecuada para su edad, y por otra, que esta buena competencia se manifiesta habitualmente en el entorno familiar próximo, pero no se manifiesta en otros ambientes y con otras personas menos conocidas.
“La característica esencial del mutismo selectivo es, por lo tanto, la inhibición persistente del habla en situaciones sociales específicas” (Olivares, 2007). Su inicio se produce generalmente en los primeros años de vida y se manifiesta, en muchas ocasiones, de forma evidente, durante la escolarización en la etapa de educación infantil.
El Mutismo selectivo conlleva altos niveles de sufrimiento personal, y tiene como consecuencia importantes problemas de adaptación al entorno. Puede mediatizar en el desarrollo afectivo- emocional y repercutir negativamente en el desarrollo social, personal y académico del niño.
Los criterios diagnósticos para determinar la existencia de MS son:
- Fracaso constate de hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar a pesar de hacerlo en otras situaciones.
- La alteración interfiere en los logros educativos o laborales o en la comunicación social
- La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escolaridad).
- El fracaso de hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.
- La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación (por ejemplo trastorno de la fluidez de inicio en la infancia y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro del autismo, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
El incremento en la demora entre el inicio del trastorno y la intervención contribuye a consolidar las dificultades del niño y a aumentar la resistencia del mismo a las estrategias de intervención, de ahí la importancia de solicitar asesoramiento profesional con la aparición de las primeras evitaciones y/o sospechas de la presencia de MT.
María Guerrero Rodríguez
Logopeda
Especialista en Hipoacusia y Atención Temprana
Nº Col. 29/1207