Autismo en adultos
Cuando hablamos de autismo, es común que la imagen que se nos venga a la mente sea la de un niño. Sin embargo, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) no desaparece con la edad. El autismo en adultos existe, aunque muchas veces permanece en silencio, sin diagnóstico y sin apoyos adecuados.
¿Por qué pasa desapercibido?
Durante años, el conocimiento sobre el autismo se centró casi exclusivamente en la infancia. Esto ha provocado que muchas personas adultas, especialmente aquellas con un perfil de alto funcionamiento o que han desarrollado estrategias de compensación, hayan pasado su vida sin ser comprendidas o incluso malinterpretadas.
En muchos casos, los adultos con TEA han sido etiquetados erróneamente como «raros», «antisociales», «extremadamente sensibles», «obsesivos» o «inadaptados». Sin embargo, detrás de estas etiquetas puede haber una condición neurológica que necesita ser comprendida, no juzgada.
Señales de autismo en la edad adulta
Aunque cada persona con TEA es única, algunas señales frecuentes en adultos pueden incluir:
- Dificultades para interpretar el lenguaje no verbal (expresiones faciales, tono de voz, gestos).
- Preferencia por rutinas, estructuras o entornos predecibles.
- Intereses muy intensos y específicos.
- Dificultades en la gestión emocional o sobrecarga sensorial.
- Problemas para iniciar o mantener relaciones sociales.
- Sensación constante de no encajar o de «funcionar diferente».
Muchas de estas señales pueden confundirse con ansiedad social, trastornos del estado de ánimo o incluso con rasgos de personalidad. Por eso, una evaluación adecuada es clave para comprender lo que hay detrás de estas experiencias.
¿Qué aporta un diagnóstico en la adultez?
Recibir un diagnóstico de TEA en la etapa adulta puede suponer un antes y un después. Lejos de ser una etiqueta limitante, puede convertirse en una herramienta para comprender la propia historia, aliviar la autocrítica y comenzar a construir una vida más alineada con las propias necesidades.
Además, el diagnóstico permite acceder a recursos, apoyos terapéuticos y estrategias de intervención que pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
Un acompañamiento respetuoso y personalizado
Desde nuestro centro, creemos en una mirada neurodiversa, que valore la diferencia y apueste por el respeto a cada persona tal y como es. Acompañamos a adultos que sospechan que pueden estar en el espectro o que ya tienen un diagnóstico, desde una perspectiva empática, individualizada y libre de prejuicios.
Paula Izquierdo Gálvez
Nº Col. AO-12026
Neuropsicóloga
Máster en Psicología General Sanitaria