TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN. Detección, prevención y tratamiento
La ansiedad por separación es habitual en bebés y niños de edad temprana, de hecho es un síntoma de apego seguro. Es importante saber distinguirlo del Trastorno de Ansiedad por Separación (TAS), y para ello, en este artículo se detalla cuáles son los síntomas, algunas formas de tratar de solucionarlo y varios consejos para prevenirlo.
¿Cuáles son las señales que indican que estamos ante un TAS?
Es posible que se den varios de las circunstancias que se van a detallar pero para poder estar seguros que se trata de trastorno, deben cumplirse al menos tres de ellas:
- Malestar excesivo antes o durante la vivencia de una separación del hogar o las personas de apego.
- Gran preocupación de que las figuras de mayor apego sufran daño, enfermedad o muerte.
- Preocupación excesiva y persistente de un acontecimiento adverso (perderse, ser raptado, tener un accidente…) cause la separación.
- Rechazo a salir lejos de casa por miedo a la separación.
- Miedo a estar solo, sin la figura de mayor apego.
- Resistencia a dormir fuera de casa.
- Pesadillas recurrentes sobre la separación.
- Quejas de afectaciones físicas (cefaleas, náuseas, dolor de estómago,…) cuando se produce o prevé la separación.
La ansiedad debe durar al menos cuatro semanas en niños, y debe provocar un impedimento en lo social, académico, u otras áreas importantes para el desarrollo.
¿Cómo podemos prevenirlo?
Es importante que la relación entre el menor y los cuidadores principales, habitualmente los padres, sea estable. Esto genera confianza en la relación y el miedo a la pérdida o el desapego puede ser sostenida.
Mantener una relación de confianza genera tranquilidad en la familia, y fortalece la sensación de red familiar donde verse apoyado provoca el fortalecimiento de la autonomía.
Ser sinceros con el menor y evitar incluso pequeñas mentiras provoca que el menor sienta seguridad de lo que va a acontecer y confía en que las palabras de apoyo y ánimo que percibe de su entorno son reales.
Fomentar que los lugares en los que se relaciona el menor sea confortable, amable y de confianza, así no sólo generamos este tipo de relación en casa, sino también se extiende a otros sitios como el colegio, familiares, extraescolares, etc.
¿Cuáles son algunas técnicas para tratar el TAS?
Pautas de comportamiento a padres y educadores como las mejores respuestas a las contingencias generadas en el día a día que empoderen al menor.
Exposición gradual a la situación ansiógena recurrente. Esto puede ser en vivo si la ansiedad es moderada, si es muy intensa es necesario hacer aproximaciones en terapia.
La relajación es una técnica que puede dar grandes resultados ya que puede utilizarse de forma guiada para contactar mediante la imaginación con las situaciones ansiógenas, y de otro modo, muestra al menor sensaciones corporales de tranquilidad y romper con los automatismos.
Mediante técnicas proyectivas en las que el menor puede exponer de forma natural lo que le ocurre, y mediante guía, llegar a sus propias soluciones.
Es importante resaltar que la terapia en estos casos sea familiar, en el que toda la familia se vea involucrada y dé solución a las necesidades del menor. Desde Centro Interdisciplinar Háblame generamos situaciones confortables y el primer apoyo para que los menores con TAS vuelvan a su estado habitual.
Juan Lozano López
Psicólogo General Sanitario
Nº Col. AO-09715