USO INADECUADO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS EN JÓVENES
Los psicólogos sanitarios, los psiquiatras y en general todos los profesionales sanitarios hemos detectado a lo largo de los últimos meses un empeoramiento en la salud mental de la población adolescente, con un aumento significativo tanto en frecuencia como en intensidad de las patologías y trastornos mentales. Entre las más frecuentes encontramos el uso desmesurado de las nuevas tecnologías.
Hoy en día la mayor parte de las personas estamos conectados permanentemente a diferentes dispositivos lo que mejora nuestra vida en diferentes aspectos, pero al mismo tiempo también presenta perjuicios que nos dificultan el normal desarrollo de nuestras actividades. Vemos cada día adolescentes con dificultades de concentración, con un bajo rendimiento académico y con ansiedad ante la posibilidad de dejar de estar conectados a redes, móviles o videojuegos. Son jóvenes que presentan problemas en el uso de las nuevas tecnologías.
Algunas conductas que deben ser señal de alarma y que en nuestra práctica clínica observamos en los adolescentes son:
- Uso las tecnologías para relacionarse pero se alejan del contacto directo con los demás. A veces son jóvenes con pocas habilidades sociales que suplen el contacto físico con los chats, los mensajes o las redes sociales.
- Dejar de atender actividades relevantes a nivel académico o de ocio.
- Uso desmesurado de tiempo conectado y que se incrementa progresivamente llegando incluso a reducir las horas de sueño.
- Sentimientos de tristeza e irritabilidad si no tienen acceso a las TIC.
La «abstinencia total», es decir, eliminar por completo la conducta de utilizar las nuevas tecnologías, no es un objetivo adecuado. Cuando este tipo de uso patológico es valorado y diagnosticado en sesión se realiza un tratamiento dirigido volver a utilizar estas nuevas tecnologías de manera adecuada y prevenir recaídas. El tratamiento se inicia intentando hacer consciente al joven consciente de su problema y de la interferencia que supone con sus objetivos y metas a corto y medio plazo. En definitiva, el uso desmedido de cualquier dispositivo supone una patología de la libertad personal.
Teresa Mas Fernández
Psicóloga
Máster en Mediación Familiar
Nº Col. AO – 04740