DÉFICITS EN EL CONTROL DE ESFÍNTERES

La enuresis (falta de control de orina) y encopresis (falta de control de las heces), implican una deficiencia en el control de esfínteres, vesical y anal, respectivamente, en una edad en que la mayoría de los niños ya tiene ese control. Todos los niños mayores de cuatro años que todavía no orinan o defecan en los lugares destinados para ellos, se los consideran como déficit en el control de esfínteres anormal. Generalmente el esfínter anal se controla antes que el esfínter vesical. El déficit en el control de esfínteres muchas veces se acompaña de otros trastornos emocionales, que son comunes en la infancia.

SIGNOS DE ALARMA

ENURESIS:

  • Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, ya sea de manera involuntaria o voluntaria.
  • Se manifiesta con una frecuencia de al menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses consecutivos o por la presencia de malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • La edad cronológica es de por lo menos 5 años (o un grado de desarrollo equivalente).
  • El comportamiento no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., un diurético, un antipsicótico) u otra afección médica (p. ej., diabetes, espina bífida, epilepsia).

ENCOPRESIS:

  • Excreción repetida de heces en lugares inapropiados (p. ej., en la ropa, en el suelo), ya sea involuntaria o voluntaria.
  • Al menos uno de estos episodios se produce cada mes durante un mínimo de tres meses.
  • La edad cronológica es de por lo menos 4 años (o un grado de desarrollo equivalente).
  • El comportamiento no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., laxantes) u otra afección médica excepto por un mecanismo relacionado con el estreñimiento.
¿CÓMO TRABAJAMOS?

CON EL PACIENTE:

  • Estrategias para controlar y facilitar la eliminación en diferentes ámbitos.
  • Atención a los problemas emocionales que puede ocasionar (vergüenza, culpabilidad, etc.)
  • Aumento de la autoestima.

A NIVEL FAMILIAR:

  • Planteamiento y comunicación de objetivos
  • Reuniones de seguimiento
  • Pautas conductuales y de apoyo
  • Atención a nuevas necesidades

A NIVEL EXTERNO:

  • Coordinación con otros profesionales que tengan relación con el paciente