ESTRÉS Y ANSIEDAD

La palabra ansiedad se utiliza para describir la respuesta mental y física que se produce ante situaciones de peligro. Se trata de una reacción normal que experimenta todo el mundo a veces (por ejemplo, antes de una prueba médica, al hablar en público, antes de una cita importante, etc…). Entendida como tal es un mecanismo de defensa del organismo y por tanto no necesariamente negativa. Por eso, el objetivo no es suprimirla, sino aprender a controlarla. Se trata de vivir con menos ansiedad y no de vivir sin ansiedad. Sin embargo la ansiedad se convierte en un problema cuando los síntomas son:

  • Graves y desagradables
  • Duran mucho tiempo
  • Ocurren con demasiada frecuencia
  • Si aparecen ante situaciones que realmente no deberían ser estresantes
  • Si nos impiden hacer lo que realmente queremos hacer

¿QUÉ CAUSA LA ANSIEDAD?

Hay muchos posibles factores desencadenantes de la ansiedad. A menudo se inicia durante los periodos de estrés psíquico (romper una relación, discusiones graves, presión en el trabajo, problemas económicos, pérdida de alguien cercano, etc..) o estrés físico (falta de sueño, enfermedad física, abuso de alcohol o drogas, accidentes de tráfico, etc..) La ansiedad nos afecta en cómo pensamos, lo que hacemos y cómo reacciona nuestro cuerpo. Hay diferentes tipos de ansiedad “enfermiza o patológica”:

  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de pánico
  • Agorafobia
  • Trastorno por estrés post traumático
  • Fobia social
  • Fobias específicas
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
¿CÓMO LA TRATAMOS?

Mediante el tratamiento psicoterapéutico (y en ocasiones combinando inicialmente con apoyo psicofarmacológico) trabajamos para ayudar al paciente en cuatro áreas:

  • Entender mejor la ansiedad y abordar sus causas.
  • Reducir los síntomas físicos.
  • Modificar los pensamientos relacionados con la ansiedad.
  • Cambiar los comportamientos relacionados con la ansiedad.