MEDIACIÓN FAMILIAR

¿En qué consiste?

Se trata de un proceso en el que dos partes, los mediados, que se encuentran en una situación de conflicto, acuden voluntariamente solicitando que un tercero imparcial y neutral, el mediador, les ayude a apropiarse activa y responsablemente de sus conflictos para saber gestionarlos eficazmente.

El gran aporte de la mediación al conflicto es la sustitución de la concepción tradicional de “ganar-perder” en las disputas, por “ganar-ganar”, pues este cambio de concepción no sólo afecta a los resultados sino también al proceso mismo, ya que modifica la actitud de las partes.

La mediación se convierte en una negociación cooperativa, promueve una solución en la que las partes implicadas ganan u obtienen un beneficio y no sólo una de ellas. Por este motivo, es un proceso ideal para aquellos conflictos en que las partes enfrentadas deban o deseen continuar la relación en el futuro.

Ventajas de la mediación familiar

Entre las ventajas del proceso de mediación familiar encontramos:

  • Aporta soluciones personalizadas que se adaptan a la realidad de cada familia.
  • Preserva la intimidad: los asuntos privados se tratan entre las partes y el mediador.
  • Es rápida. El tiempo es muy importante. Eso evita que la tensión en la que vive la pareja en esos primeros momentos acabe dañando irreversiblemente la relación entre ellos o con los hijos.
  • Conserva las relaciones entre las partes. Los hijos son los primeros beneficiados. Pueden seguir compartiendo con sus padres los momentos importantes de su vida. En una mediación con éxito nadie pierde y por lo tanto no se generan los resentimientos hacia la otra parte que crea un pleito.
  • Es flexible: los plazos, el ritmo y los temas a tratar se adaptan a las circunstancias.
  • Es efectiva: lo que se acuerda voluntariamente tiene un mayor grado de cumplimiento que lo que nos imponen.
  • Afrontar con madurez y responsabilidad la propia separación “repara” la sensación de fracaso personal que suele acompañar a los cónyuges.
  • Evita secuelas emocionales que pueden perpetuarse en el tiempo y condicionar negativamente futuras relaciones.